EL POETA LLORA.
En el silencio de una noche oscura
Cuando en el alma una queja dura
Cuando hacia adentro sus ojos miran
Brotan recuerdos que le inspiran.
Desde la tierra hasta el cielo
Desde lo feo a lo más bello
Desde su pecho y por sus venas
Brotan alegría, tristeza y penas.
El ama la noche, también ama el día
La calma, el silencio hasta la ironía
El ama el desprecio, el ama el cariño
Él es un adulto, con alma de niño.
Le canta al mundo, le canta a la suerte
Le canta a la vida, le canta a la muerte
Le canta a la dicha, le canta a un sueño
Su amor es muy grande, su odio es pequeño.
Ahora esta triste, no ama ni canta
¡Su piel se eriza!, hay un nudo en su garganta
Su mente se nubla, ¡ni una frase está escrita!
Su pecho se aprieta, su corazón se agita.
¿Por qué?, el poeta perdió la armonía
Si se acaba la noche, viene un nuevo día
Si no hay desprecio, puede haber cariño
El sabe todo eso desde que era un niño.
¿Por qué ahora? sufres, lloras y extrañas
¿Será que un amor rompió tus entrañas?
Si tú con tus versos, tejiste telarañas
Y con letra muy firme, escribiste hazañas.
¿Será que tus penas agitan tu memoria?
Y ¿tus lágrimas brotan si escribes tu historia?
¿Por qué?, te impacientas y pierdes la calma
Será que una pena hoy te parte el alma.
Él supo escribirle al agua y al viento
Con penas y glorias hasta sufrimiento
Al mundo, a la vida con alegría y lamento
Ahora no puede y fracasa en su intento.
Él sabe, que si habla el corazón no falla
Sus manos lo escriben y la razón se calla
Ahora no es fácil y pierde la calma
Sus frases se anudan porque salen del alma.
El poeta reacciona y levanta su mirada
Su alma está herida y su suerte sangrada
Conquisto con sus versos a musas y diosas
Hoy tiene en su camino más espinas que rosas.
Cogiendo su pluma la arroja hacía el suelo
Recordando de niño las noches de desvelo
Tanto amor tanto cariño y con tanto celo
Muchas caricias y besos cogiendo su pelo.
Una mirada una sonrisa, unas palabras de consuelo.
Avanza unos pasos y mira al infinito
Con voz amargada suelta en un grito
¡Madre, porque te fuiste lejos!, exclama
¡Dejando en la tierra este ser que te ama!
¡Perdóname madre!, no haber estado en tu lecho
Para decirte ¡te amo!…debajo de ese techo
Donde me diste ternura y me cobijaste en tu pecho
Perdonadme Dios Santo, ¡Qué diablos he hecho!
Ahora es muy tarde,…la leche esta derramada.
Decir te quiero, decirte Amor, no significa nada
Llevaré en mi pecho, una espina clavada
Madrecita querida, madrecita adorada
Volveré a mi pueblo, volveré a tu morada
Recorreré tus pasos, buscando tu mirada.
Te buscaré en tu cuarto, te buscaré en tu almohada
Todo será silencio, en tu habitación callada
Te buscaré en la sala, te buscaré en la mesa
Recordaré ese día de esa gran promesa
Cuando me lo pediste: ¡Hijo, por favor regresa!
Viviré en mi desdicha y en el corazón un rasguño
Caminaré por las calles con tu nombre en mi puño
Todo es realidad, nada es fantasía, no sólo es poesía
Me acompaña la tristeza, esta pena es mía…
El poeta suspira, se quiebra y llora.
El amor de ese niño, en sus recuerdos aflora
No soporta el sufrimiento, el dolor lo devora
Ha muerto su madre, esa gran señora
No escribió ningún verso, a la mujer que añora.
Autor: Elvert Vásquez Ramírez. Lima-PERÚ.
En el silencio de una noche oscura
Cuando en el alma una queja dura
Cuando hacia adentro sus ojos miran
Brotan recuerdos que le inspiran.
Desde la tierra hasta el cielo
Desde lo feo a lo más bello
Desde su pecho y por sus venas
Brotan alegría, tristeza y penas.
El ama la noche, también ama el día
La calma, el silencio hasta la ironía
El ama el desprecio, el ama el cariño
Él es un adulto, con alma de niño.
Le canta al mundo, le canta a la suerte
Le canta a la vida, le canta a la muerte
Le canta a la dicha, le canta a un sueño
Su amor es muy grande, su odio es pequeño.
Ahora esta triste, no ama ni canta
¡Su piel se eriza!, hay un nudo en su garganta
Su mente se nubla, ¡ni una frase está escrita!
Su pecho se aprieta, su corazón se agita.
¿Por qué?, el poeta perdió la armonía
Si se acaba la noche, viene un nuevo día
Si no hay desprecio, puede haber cariño
El sabe todo eso desde que era un niño.
¿Por qué ahora? sufres, lloras y extrañas
¿Será que un amor rompió tus entrañas?
Si tú con tus versos, tejiste telarañas
Y con letra muy firme, escribiste hazañas.
¿Será que tus penas agitan tu memoria?
Y ¿tus lágrimas brotan si escribes tu historia?
¿Por qué?, te impacientas y pierdes la calma
Será que una pena hoy te parte el alma.
Él supo escribirle al agua y al viento
Con penas y glorias hasta sufrimiento
Al mundo, a la vida con alegría y lamento
Ahora no puede y fracasa en su intento.
Él sabe, que si habla el corazón no falla
Sus manos lo escriben y la razón se calla
Ahora no es fácil y pierde la calma
Sus frases se anudan porque salen del alma.
El poeta reacciona y levanta su mirada
Su alma está herida y su suerte sangrada
Conquisto con sus versos a musas y diosas
Hoy tiene en su camino más espinas que rosas.
Cogiendo su pluma la arroja hacía el suelo
Recordando de niño las noches de desvelo
Tanto amor tanto cariño y con tanto celo
Muchas caricias y besos cogiendo su pelo.
Una mirada una sonrisa, unas palabras de consuelo.
Avanza unos pasos y mira al infinito
Con voz amargada suelta en un grito
¡Madre, porque te fuiste lejos!, exclama
¡Dejando en la tierra este ser que te ama!
¡Perdóname madre!, no haber estado en tu lecho
Para decirte ¡te amo!…debajo de ese techo
Donde me diste ternura y me cobijaste en tu pecho
Perdonadme Dios Santo, ¡Qué diablos he hecho!
Ahora es muy tarde,…la leche esta derramada.
Decir te quiero, decirte Amor, no significa nada
Llevaré en mi pecho, una espina clavada
Madrecita querida, madrecita adorada
Volveré a mi pueblo, volveré a tu morada
Recorreré tus pasos, buscando tu mirada.
Te buscaré en tu cuarto, te buscaré en tu almohada
Todo será silencio, en tu habitación callada
Te buscaré en la sala, te buscaré en la mesa
Recordaré ese día de esa gran promesa
Cuando me lo pediste: ¡Hijo, por favor regresa!
Viviré en mi desdicha y en el corazón un rasguño
Caminaré por las calles con tu nombre en mi puño
Todo es realidad, nada es fantasía, no sólo es poesía
Me acompaña la tristeza, esta pena es mía…
El poeta suspira, se quiebra y llora.
El amor de ese niño, en sus recuerdos aflora
No soporta el sufrimiento, el dolor lo devora
Ha muerto su madre, esa gran señora
No escribió ningún verso, a la mujer que añora.
Autor: Elvert Vásquez Ramírez. Lima-PERÚ.
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